La niebla incesante que me acompaña,
Convierte en ceniza cada palabra que escribo.
Inspiro, y me siento envuelta en una claridad que asusta.
Espiro, pero no me libero…
Mi corazón sigue galopando sin rumbo,
Con ilusión, pero sin dirección alguna…
Ya le pedí a mi estomago que digiriera las mariposas creadas por una esperanza, que sólo yo abonaba.
Pero se me olvido algo esencial…
Mi vientre no goza de oídos…
Y el motor que me mantiene con vida, no entiende de pesimismo.
No sin esfuerzo,
He descubierto la causa al desapego que escolta mi alma.
Casi sin aliento, en medio de un delirio febril,
He conseguido me detallen el origen de esta tortura, del dolor de mi latir…
Y no me queda duda alguna…
Es por ti.
M.L.G'09
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